En el antiguo monte
el padre ya está listo para el holocausto.
Sobre el altar aguarda la hija
que será entregada en sacrificio.
El ángel desciende de los cielos
y con un grito detiene la matanza.
Aliviado, el padre eleva los brazos
agradeciendo la misericordia de su dios,
sin darse cuenta del cuchillo que se hunde
en lo más débil de la carne.
Al anochecer la hija vuelve a casa
encima de un carnero.
Rosa Silverio. Matar
al padre. Huerga y Fierro, 2014.
Imagen: Gottfried Helnwein. Alba, 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario