viernes, 9 de marzo de 2018

(Virilidad)



El que ante un niño que bajo la sonriente complacencia de unos padres incapaces de imaginar que pueda molestar a nadie corre por entre las mesas del local, dice: “Lo que ese niño necesita es un par de hostias bien dadas” está expresando lo que él necesitaría: poder dárselas. Pertenece a la misma ralea viril que el que, ante una chica nerviosa o estridente, dice: “Lo que esa necesita es un buen polvo”, porque le humilla reconocer la vibración que enciende su deseo y tiene que camuflarla en expresión de afrenta y de desprecio. Estos que saben remediar al prójimo con hostias y con polvos son los maccro de le bâton et la carotte, que no aguantan a lo demás como sujetos, sino sólo como objetos de sometimiento y de control.




Rafael Sánchez Ferlosio. La hija de la guerra y la madre de la patria. Destino, 2002.

Gottfried Helnwein. Late Regret, 1997.

2 comentarios:

  1. ¡Que bueno Ferlosio!
    Como canta Serrat: "Entre esos tipos y yo hay algo personal".

    Salud!

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    1. Dale a Ferlosio una lugar común, una actitud cotidiana, una reflexión pretendidamente profunda, en seguida descubre con su olfato tan fino las raíces del totalitarismo y de la estupidez que minan el subsuelo de nuestra cultura. Salud!
      Ah, dáselos a Rafael o a Chicho, igual da.

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