martes, 6 de marzo de 2018

QUIERO PALABRAS FUERTES



Quiero palabras fuertes, detonantes;

que rujan, que destellen;

exploten en sonidos delirantes;

iluminen el ruido de la noche;

a los muertos levanten:

palabras-fósforo, palabras-trueno.

Quiero palabras que no se intimiden

ni se arredren con sombras de nostalgia;

palabras migratorias

que permitan cruzar sin pasaporte:

palabras-salida, palabras-túnel,

vía rápida, avenida,

palabras-puente.


Quiero palabras que aplasten gigantes,

palabras-dragón, palabras-montaña,

grandiosas palabras-kamikase.

Denme palabras mil, palabras denme

se tornen en palabras-semillero

y otras mil me regalen, sólo quiero

convertir-las palabras-artillero

que aniquilen palabras-robachicos,

que destierren palabras-desencanto,

las aplasten, derroten…

                                               mar certero


Deberíamos borrar de la memoria

las palabras secuestro, guerra, odio,

extorsión, nepotismo, pandemónium,

tortura, asesinato, genocidio,

trata-de-blancas, abuso de niños;

palabras agresivas, demandantes

de la usura y el morbo por lo ajeno;

palabras-bomba, snuff, cuerno de chivo,

cañón, metralla, cohete…


Deberíamos borrar de igual manera

las palabras que ofenden los sentidos

palabras-matadero, sacrificio,

pedofilia, armamento, terrorismo;

palabras-violación,

toque-de-queda o estado-de-sitio.

Eliminar podríamos, asimismo,

palabras que mutilen la semblanza

de las razas sumidas en olvido…


Es por eso que pido mil palabras

que iluminen el rostro del caído.


Quiero también palabras de cariño

que estallen de alegría en el horizonte:

palabras-pájaro,

palabras-juego;

cargadas con las risas de los niños

palabras con sabor a caramelo

(pero que no empalaguen):

dulces palabras, tierna;

mas nunca lisonjeras:

desechen el chantaje

el llanto lastimero

los ayes vagabundos

los odios plañideros;

palabras preparadas para el vuelo

con plumas de quetzal o ave de fuego;

surquen mares radiantes

avisoren el fuero

tracen rutas y atajos

entre sueños certeros y agoreros;

que llamen a la vida

de un mundo que se oculta en el ocaso;

pero que aún titila

y nos pide entre sombras rescatarlo.


¡Lluevan palabras-música:

palabras-canto!

sin importar los ripios,

sinalefas o hiatos;

que abunden las palabras

capaces de brindar por los naufragios,

sufragios efectivos

de una real elección.


¡Vengan palabras nuevas,

las viejas y olvidadas,

las pasadas de moda,

las aún por nacer!;

soliloquios, también conversaciones,

un tropel de palabras, cancioneros,

centones, versos sueltos;

¡torrentes de palabras…!,

sólo quiero

                        gritar de algarabía

por ser libre, confiable,

                                               ser humano.






Rosina Conde. Poemas por Ciudad Juárez y Quiero palabras fuertes. Desliz Ediciones, 2016.

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