Andar para que el tiempo
prosiga su marcha, para que el espacio se adelante a sí mismo,
andar sentado, en pie, de
rodillas, cabeza abajo, con los codos, con la memoria y mis dos hermanas,
por un sendero oscilante
envuelto en vaho azul, entre las rocas de la montaña y la llambria del
acantilado,
andar desde el vientre
materno hasta debajo de la tierra, andar rectamente, y rodeando, divagando,
sentándose en un seto, saltando un vallado
de anuncios
BEBA LECHE DE COLOR
MEDIAS PARA AMBOS SEXOS
VOTE A SU PADRE
seguir seguir y mirar
pausadamente, pararse ante el escaparate de una ferretería, volver la cabeza a
la vidriera de una florería,
caminar de noche bajo la lluvia
leyendo en voz alta, encendiendo un cigarrillo con la punta del otro, quitarse
la camisa bajo la lluvia,
ir con Walt Whitman y montar
juntos en un coche de caballos, escupir a la estatua de la Libertad y a los
estragadores de pueblos subdesarrollados,
arrollar todo lo que impide
el pensamiento, el paso, el camino, la implantación de la primera piedra
de una sociedad donde en el
siglo XXI el hombre se siente un rato a descansar.
Blas de Otero. Hojas de Madrid y La Galerna, 1968-1979.
En Expresión y reunión. Alianza,
2007.
Imagen: Constantine Manos.
Karpathos, 1966.
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