Juraría que he sido feliz
una vez en la tierra.
Pero tú no lo sepas, mi alma,
pero tú no lo sepas.
No sé el día, el año tampoco,
ni el siglo siquiera,
ni si fue de mañana o de tarde
o noche serena.
Pero yo juraría que un día
fue la paz en la guerra.
No sé quién estaba conmigo,
si era blanca o morena,
ni si era de amor o del solo
temblor de la yerba.
Pero yo juraría que fue
verdad verdadera.
Yo de cierto no sé si fui yo
o fue otro cualquiera:
sólo que era feliz y que toda
la vida lo era.
Pero tú no lo sepas, mi alma,
pero tú no lo sepas.
Agustín García Calvo. Canciones y soliloquios. Lucina, 1982.
Imagen: Antanas Sutkus
Alma pródiga, qué importa si el mundo no es merecedor de que hagamos paraísos en sus míseras esquinas...
ResponderEliminarDe nuestra vitalidad, migajas caídas.
Pero migajas vivas. Salud!
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