martes, 6 de octubre de 2020

PW


 

Un hombre que agoniza te ha soñado, un hombre

que agoniza te ha seguido. Uno que quiso morir

contigo cuando tú quisiste morir.

Allí está mi cuerpo estrellado contra los arrecifes

cuando ahogándome te vi emerger y eternamente

cerca y eternamente lejos eras tú la inalcanzable

playa.

Todo en ti es doloroso.

Te saludo entonces y saludo a lo eterno que vive

en la derrota, a lo irremediablemente destruido,

al infinito que se levanta desde los naufragios,

porque si agua fueron nuestras vidas, piedras

fueron las desgracias.

No soy yo, son mis patrias las que te hablan: el

sonido del océano que describo, las estrellas de

la vituperada noche.

Iluminada de la noche tu cara sube cubriendo

el amanecer. Abres los párpados, entre ellos

millones de hombres dejan el sueño, toman sus

autobuses, salen,

                                   las ciudades de agua en tus ojos

 

 

Raúl Zurita. Zurita. Editorial Delirio, 2012.

Imagen: Gertrudis de Moses

2 comentarios:

  1. Es brutal este poeta. Estos versos en concreto:

    porque si agua fueron nuestras vidas, piedras

    fueron las desgracias.

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    1. Así es, Jorge. Un poeta, sin más calificaciones; alguien que hace de la experiencia particular un revelación de carácter universal. Salud!

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