Un hombre que agoniza te ha soñado, un hombre
que agoniza te ha seguido. Uno que quiso morir
contigo cuando tú quisiste morir.
Allí está mi cuerpo estrellado contra los arrecifes
cuando ahogándome te vi emerger y eternamente
cerca y eternamente lejos eras tú la inalcanzable
playa.
Todo en ti es doloroso.
Te saludo entonces y saludo a lo eterno que vive
en la derrota, a lo irremediablemente destruido,
al infinito que se levanta desde los naufragios,
porque si agua fueron nuestras vidas, piedras
fueron las desgracias.
No soy yo, son mis patrias las que te hablan: el
sonido del océano que describo, las estrellas de
la vituperada noche.
Iluminada de la noche tu cara sube cubriendo
el amanecer. Abres los párpados, entre ellos
millones de hombres dejan el sueño, toman sus
autobuses, salen,
las ciudades de agua en tus ojos
Raúl Zurita. Zurita. Editorial Delirio, 2012.
Imagen: Gertrudis de Moses
Es brutal este poeta. Estos versos en concreto:
ResponderEliminarporque si agua fueron nuestras vidas, piedras
fueron las desgracias.
Así es, Jorge. Un poeta, sin más calificaciones; alguien que hace de la experiencia particular un revelación de carácter universal. Salud!
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