Cuando al Buen Gestor le dijeron que el
dinero se había agotado, revisó las cuentas y solo vio números. Trazó sobre el
papel sus planes de ajuste y los llevó a cabo con precisión. Al poco tiempo,
las cuentas comenzaron a cuadrar. Y cuando fue a proclamar que había llegado
por fin el momento de las vacas gordas y de los perros con longaniza, vio con
estupor que nadie había sobrevivido y que estaba solo en medio de aquella
desolación con su balance en la mano. Tampoco el Amo se lo pudo
agradecer.
Conrado
Santamaría
Imagen:
Colin Anderson. Portuguese
businessman looking at dollar sign cloud.
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