Cada día más rojas
las hojas de los perales.
Dime lo que sangra.
No es el verano
pues el verano se fue pronto.
No es el pueblo
pues el pueblo aunque borracho en la carretera
no se ha caído.
No es mi corazón
pues mi corazón ya no sangra más
que la flor de la árnica.
Nadie ha muerto este mes
nadie ha tenido la suerte
de recibir un permiso de trabajo.
Les alimentábamos de sopa
No permitimos que durmieran en el granero
más pensamientos suicidas
de lo que es normal en noviembre.
Dime lo que sangra
tú que ves en la oscuridad.
Las manos del mundo
amputadas por el beneficio
sangran en
calles de matanza.
John Berger. Páginas
de la herida. Visor, 1995. Traducción: Pilar Vázquez Álvarez.
Imagen: Joseph Koudelka. Inglaterra, 1969.
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