No te duermas cuando están conspirando contra ti.
Dormir entonces es condenarte
a ser el cómplice de un homicidio
en el que tú eres la víctima
y tú el asesino.
Si te duermes te matarán entonces,
cuando eres nadie,
y por eso dirán que nadie te mató,
que te mataste tú mismo.
Jesús Ferrero. Río Amarillo. Pamiela, 1986.
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