viernes, 7 de febrero de 2014

Fábula del perro policía



con pistolas, con rifles, con decretos.

                                 Ángel González


sabueso desdentado

no del todo: conservan

tu masticar de cada día las prótesis

caninas oficiales

la paga extraordinaria y el honor

de ser reconocido

como un guardián celoso

del orden prepotente en tu doble

cometido de cancerbero —orlado

por semanal incienso

y una intachable hoja de servicios—

y eficaz husmeador de pasos ilegales

de improntas digitales descarriadas...

ve a avisar a tu amo

llévale la panoplia de decretos

al borde de la cama

ve a lamerle el asiento dignatario

corre a dorar sus distintivos vuelve

al lugar destinado para que

te lleves a la boca

los restos del festín pero no olvides

—ejercita tu rabo entre las piernas—

las instrucciones (ya amarillas)

para el empleo del timbre

de alarma fiel mastín que viene el lobo




Aníbal Núñez. Fábulas domésticas, 1972. Obra poética. Hiperión, 1995.

Imagen: Henri Cartier-Bresson. Bruselas, 1932.

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