Innúmeras son ya las vidas truncas.
Cadáveres sepultos no se sabe
dónde: no hay cementerios de vencidos.
Gente medio enterrada en sus prisiones.
Algunos huyen, otros se destierran
para no perecer de propia
cólera.
Pero entre tantas muertes y catástrofes
algo subsiste sin cesar feroz,
el más feroz de todos los poderes:
vida, vida sin fin.
Y
poco a poco,
y sin cesar, inexorablemente
se reanudan las formas cotidianas,
se inventan soluciones.
La vida es implacable.
Jorge Guillén. Y
otros poemas. Muchnik, 1973.
Imagen: Robert Capa. Barcelona, 1939.
No hay comentarios:
Publicar un comentario