Los cerditos son perseguidos por el lobo,
pero éste nunca se los come,
si se los comiera se terminaría el cuento.
Boulot, Metro, Dodo,
leen los cerditos en un pequeño cartel
pegado en el cristal del vagón:
Trabajar, volver a casa, dormir.
Los cerditos se duermen
soñando con que un día serán
ellos lobos
que perseguirán cerditos.
El lobo sabe que no hay
servidumbre
que no sea voluntaria.
Antonio Orihuela. El amor en los tiempos del despido libre.
Amargord, 1014.
Imagen: Jared French. Crew, 1941.
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