Sé de un lugar
donde eternos niños victorianos
andan de espejo en espejo
por los agujeros de la mente,
por el caldo primordial
de la tinaja de sangría de la casa de Eladio
donde se arraciman todos los que fueron a la fiesta,
todos los que no quieren hacer daño
porque saben que solo un mundo más violento e injusto
nos aguarda al amanecer
y cantan, no porque su canción
vaya a cambiar a los malvados
sino para que los malvados
no los cambien a ellos.
¡Tropilla de la dignidad,
cuánto nos cuesta hacer cosas juntos!
Antonio Orihuela. El
amor en tiempos del despido libre. Amargord, 2015.
Imagen: Amalia
García. Moguer, 2013.
¡¡Agradecido!!
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