¿Hay vida antes de la muerte?
se preguntaban los Points Blank
a comienzos de los setenta
y para cerciorarse de ello
editaron un panfleto,
una guía oficial para conductores
donde sobre el mapa de San Francisco se decía:
No vamos a ningún sitio
si solo vamos de la casa al trabajo,
del agotamiento al aburrimiento,
de la presión al tedio absoluto.
Only anarchists are pretty, decían.
Nada que ver con los estadios llenos
aplaudiendo cuerpos hormonados,
nada que ver con cerebros llenos de miedo
aplaudiendo su propia sumisión,
nada que ver con rendir más y crear riqueza
para que se la queden otros.
Solo quien cuestiona las reglas del juego es hermoso,
solo quien no dobla las rodillas es hermoso,
solo quien no es modelo de nada es hermoso,
solo quien experimenta su creatividad es hermoso,
solo quien encuentra a los otros es hermoso,
solo quien practica la compasión y la sobriedad es
hermoso,
solo quien no escapa a la vida merece ser llamado
anarquista.
Antonio Orihuela. El amor en los tiempos del despido
libre. Amargord, 2014.
Imagen: Loukanikos, 2009.
poesía = antídoto
ResponderEliminarSalud!
Ergo poesía = vida. Salud
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