martes, 28 de febrero de 2017

[La cuchilla]



La cuchilla se eleva en el insomnio.

Parece un animal inofensivo

pero en la noche sueña con cristales,

con vallas levantadas para el miedo.


La que rasura al hombre lentamente

y recorre su rostro, cicatriz

de la mañana abierta en diminutas

flores de sangre roja y perfumada.


La que duerme en silencio en su cajón

como un verbo desnudo e inocente

pero luego destroza la sintaxis,

las manos cuando intentan alcanzar

la valla que prospera en la estrechez.


Siete metros de lava y de ceniza

izaron en Pompeya la desgracia.

Son seis los que atormentan esas manos

cuando en Melilla sangran las vocales,

falanges que fracturan el presente

y lloran rojas letras de papel.

Su tinta azuza el agua y la envenena.





María Ángeles Pérez López. Fiebre y compasión de los metales. Vaso Roto, 2016.

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