martes, 2 de octubre de 2018

SERVICIO PRESTADO


Aquel impúdico orante, genuflexo como por sumisión a la memoria del látigo del cómitre, no levantó los ojos cuando el Segundo Mandatario pasó junto a él y le laceró la mejilla con la gangrenada cadena del pebetero. Tembló levemente el así castigado, mas no modificó en absoluto la posición del tronco ni la beata complicidad de las manos. Siguió orando de hinojos, ya en la vencidad de la levitación, hasta que un sordo crujido de la viciada madera, no procedente del reclinatorio sino de la encerada solería, lo instó a reingresar apresuradamente en la sala de espera del Subsecretario.




José Manuel Caballero Bonald. Descrédito del héroe, 1977. En Somos el tiempo que nos queda. Obra poética completa 1952-2009. Austral, 2011.

Imagen: Tetsuya Ishida

No hay comentarios:

Publicar un comentario