Estaba en peligro de
verbalizar mis impulsos éticos
hasta hacerlos
desaparecer.
–Daniel Berrigan*,
en el juicio, en
Baltimore.
1. Mi vecino, un científico
coleccionista de arte, me llama por teléfono en un estado de violenta emoción. Me
dice que mi hijo y el suyo, de once y doce años, han quemado el último día de
clase un libro de matemáticas en el patio trasero. Le ha prohibido a mi hijo ir
a su casa durante una semana, y le ha prohibido al suyo salir durante ese tiempo.
“Quemar un libro –dice– me produce sensaciones terribles, recuerdos de Hitler;
hay pocas cosas que me disgusten más que la idea de quemar un libro”.
Allí otra vez: la biblioteca, amurallada
con Britannicas verdes
Buscando otra vez
en las Obras
Completas de Dürer
MELANCOLÍA, la mujer desconcertada
los cocodrilos de Herodoto
el Libro de los Muertos
el Juicio
de Jeanne d´Arc, tan azul
Es su color, pienso
y se llevan el libro
porque sueño con ella con demasiada
frecuencia
amor y miedo en una casa
conocimiento del opresor
sé que duele quemar
2. Imaginar un tiempo de
silencio
o pocas palabras
un tiempo de química y
música
los hoyuelos por encima de
tus nalgas
que mi mano recorre
o
el pelo es como la piel, dijiste
una época de largo silencio
alivio
procedente de esta lengua el bloque de caliza
u hormigón reforzado
fanáticos y mercaderes
arrojados a esta costa de verdor salvaje de arcilla roja
que respiró una vez
en señales de humo
soplo de viento
el conocimiento del opresor
éste es el lenguaje del
opresor
y sin embargo lo necesito
para hablarte
3. La gente sufre mucho cuando es pobre y hay que tener dignidad e
inteligencia para superar este sufrimiento. Algunos de los sufrimientos son:
una criatura no cenó anoche: un niño roba porque no tenía dinero para
comprarla: oír a una madre decir que no tiene dinero para comprar comida para
sus hijos y ver a una criatura sin ropa te pone lágrimas en los ojos.*
(la fractura del orden
el remiendo del discurso
para superar este sufrimiento)
4. Yacemos bajo la sábana
después de hacer el amor, hablando
de la soledad
mitigada en un libro
revivida en un libro
así, en esta página
su coágulo y su fisura
aparecen
palabras de un hombre
que sufre
una palabra desnuda
penetra el coágulo
una mano que agarra
a través de los barrotes:
liberación
Lo que sucede entre nosotros
ha sucedido durante siglos
lo sabemos por la literatura
todavía sucede
celos sexuales
mano que se lanza
a golpear el lecho
sequedad de boca
después de jadear
hay libros
que describen todo esto
y no sirven
Te internas en los bosques detrás de la casa
allí, en ese territorio
hallas un templo
construido hace mil ochocientos años
entras sin saber
qué es donde entras
así pasa con nosotros
nadie sabe lo que puede suceder
aunque los libros lo digan todo
quema
los textos dijo Artaud
5. Escribo a máquina por la
noche, tarde, pensando en hoy. Qué bien hablábamos todos. Una lengua es un mapa
de nuestros fracasos. Frederick Douglass* escribía un inglés más puro que el de
Milton. La gente sufre mucho cuando es pobre. Hay métodos pero no los usamos. Joan,
que no sabía leer, hablaba una variante campesina del francés. Algunos de los
sufrimientos son: es difícil decir la verdad; esto es América; no puedo tocarte
ahora. En América sólo tenemos el tiempo presente. Estoy en peligro. Estás en
peligro. Quemar libros no provoca sensación alguna en mí. Sé que duele quemar. Hay
llamas de napalm en Catonsville, Maryland. Sé que duele quemar. La máquina de
escribir está recalentada, mi boca arde, no puedo tocarte y éste es el lenguaje
del opresor.
1968
* Jesuita, pacifista y
escritor, en 1968 quemó junto con otros ocho implicados archivos de la oficina
donde se reclutaba a los jóvenes soldados, en Catonsville, Maryland, como
protesta ante la guerra de Vietnam. Fue juzgado y acabó en prisión.
* El texto en prosa lo
escribió un alumno de Adrienne Rich perteneciente al Programa de Admisiones
Abiertas, para clases desfavorecidas, del City College de Nueva York en el que
ella daba clase entonces.
* Frederick Douglass
(1817?-1895), abolicionista negro norteamericano. Hijo de una esclava, escapó
al Norte y se convirtió en una voz importante en contra de la esclavitud.
Adrienne Rich. En Poemas (1963-2000). Renacimiento, 2002.
Prólogo, traducción y notas de María Soledad Sánchez Gómez.
Imagen: Gregory Crewdson. The Den, from Cathedral of the Pines.
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