Para continuar siendo
esclavos
tuvimos que dejar de ser
esclavos.
Para continuar siendo
fascistas
tuvimos que dejar de ser
fascistas.
Para continuar siendo
demócratas
tuvimos que dejar de lado la
democracia.
Para continuar con la
destrucción del mundo
tuvimos que hacernos
ecologistas.
Para continuar trabajando
tuvimos que ampliar los
horarios de trabajo.
Para continuar siendo ricos
tuvimos que fabricar muchos
más pobres.
Para continuar teniendo
sanidad pública
tuvimos que privatizarla.
Para continuar siendo
pastoreados
tuvimos que pasarnos al
netflix.
Para continuar vivos
tuvimos que vender la vida.
Para que, finalmente, ocurra
lo peor,
continuaremos esperando lo
mejor.
Antonio Orihuela. Lavar carbón. Amargord, 2019.
Imagen: Jules Adler. Les Haleurs,
1904.
En la sincopada y obediente inercia de los puntos suspensivos...
ResponderEliminar(¡Bien por el 'despodemizado' Antonio!)
Salud
Y para continuar soñando
ResponderEliminartuvimos que matar los sueños.
Salud y oye, oye, oye...
ja, ja, ja... Lo que me he reído con ese "y oye, oye, oye..."
EliminarHan sido varias las veces que se me presentó la oportunidad (que no la tentación) de "galapaguear", y en todas pasé alegremente de largo, como el caminante de Machado, sin volver la vista atrás.
Salud, Conrado.
Pues eso que hemos salido ganando todos, que por estos barrios de aquí abajo la vencidad es mucho mejor. Salud!
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