Con tegumentos ciegos y retráctiles
córneas,
se desplazan oblicuos bajo el légamo tibio.
Amarillos se nutren
de larvas de obediencia,
de los pútridos jugos que la inquietud destila.
Chapotean.
De repente,
a una señal de alarma,
refractarios, hostiles, rubricados,
emergen en enjambres
de una sombra a otra sombra
para ver qué ternura que brota parasitan.
Postiza la razón, cuando precisa
de ciénaga y verdugos.
Sabedlo,
vuestros nombres existen,
mas nada significan,
salvo el rastrero
aguijón de la muerte.
En vuestra soledad,
tan solo
concebiréis muñones.
Conrado Santamaría, De vivos es nuestro juego. Ruleta Rusa, 2015.
Imagen: Iliá Yefímovich Repin. Arresto de un
propagandista, 1880-1889.
"salvo el rastrero
ResponderEliminaraguijón de la muerte".
Breve, pero riguroso y contundente retrato de esa canalla.
Salud
Salud y seguimos
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