La lluvia cayó sobre las hojas
hasta agotar los números del tiempo.
El río trajo la bronca imagen de los asesinos
reflejada en sus aguas más oscuras.
Venían con sus dioses de bolsillo,
aguardentosos, tristes, ávidos.
El áspero ruido de sus botas
llegaba hasta las bóvedas del cielo.
Vosotros os levantasteis hacia el aire
como bandada de aves indefensas.
No sabéis cuántos murieron,
cuántos habéis quedado,
qué quedará de todo y de la luna
cuando ya nadie quede de vosotros.
Fazendeiros de fazendas e mortes,
cheios de sombra.
Quien esté ciego para verlo no merece
vivir.
El mate ardiente
pasa
de una mano a otra mano.
Todas las manos juntas representan
el nuevo nacimiento, el vuestro, el nuestro
si aún nos fuese posible
nacer a vuestro lado
en la tierra sin mal.
(Redoble
por los kaiowá
del
Mato Grosso del Sur)
José Ángel Valente. Fragmentos
de un libro futuro, 1991-2000. En El
fulgor. Galaxia Gutenberg, 2001.
Imagen: Mídia NINJA
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