martes, 4 de diciembre de 2012

La hora de pelear


No digas que no.


Sí puedes cambiar el mundo. 

Sólo precisas

un brazo,

                        una mano,

                                               piedras. 


Éstas son mis piedras. 


Llevo el pelo largo. 


Me salto los semáforos en verde. 


Me enfrento en duelos de miradas

siempre que la autoridad competente me desafía. 


En el autobús, le cedo el asiento a los niños:

los mayores ya tuvieron su oportunidad

y no supieron, o no quisieron, aprovecharla. 


No uso gafas de sol:

no me avergüenzo de mis lágrimas

y cuando hablo con alguien

le hablo a los ojos. 


No miro a nadie por encima del hombro

y eso que mido 1 metro con 85 centímetros. 


No hablo de lo que no sé. 


No hablo. 


Escribo. 


Escribo poemas. 


Éstas son mis piedras, parte de ellas. 


Piensa en las tuyas,

y recuerda: 


brazo,

            mano,

                        piedras,

pero,

sobre todo, 


el gesto.





David González. La carretera roja. Celya, 2002.

Imagen: Denis Villeneuve. Incendies, 2010.

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