lunes, 25 de enero de 2016

Ágora



                                                                        Para Ana Pérez Cañamares


Hoy, ha podido llover Bajo la capa del progreso

el amor guarda silencio Los niños meriendan

rebanadas de pan untado en alquitrán


La codicia es un consejo de ministros

y el quicio de la puerta en una democracia estrecha

llena de policía, membretes y estorninos


Cabe un banco y la extremaunción Cabe el humo

de un cigarro Una oropéndola y dos ancianas

resistiéndose a un desahucio

De entrada, ya no hay gatos sobre las nubes

Digamos que no solo basta con ser extranjero


En la cerradura, como ves, hace mal tiempo


Hay una puerta El libro enjuto y cubos de masa

Somos los hombres del mundo Mujeres del mundo

y los niños de nieve Exactas necesidades

del mercado laboral, donde entra la desidia

y el dios del vientre, jaulas con pájaros

y el oro en los ribetes del vaticano

Hay un ajuar de herramientas afiladas

encima de la mesa y tanto espanto

que cualquiera desfilará por las comisarías

lleno de moretones Tenemos tanta arcilla

en nuestro suelo como pequeños cortes

en la lengua


Vamos a enlucir de negro vuestros palacios


Hoy, ha podido llover Lejos de rumores

viene siendo realidad: vuestras cadenas

vuestros alacranes del miedo

Vuestras epidemias vuestras infecciones

vuestros gusanos caníbales

Vuestros copagos, vuestras amputaciones

vuestras alucinógenas serpientes

Vuestras imposiciones vuestras leyes

vuestros héroes vuestras distancias

vuestros mensajeros de dios, vuestras armas,

vuestras armas, vuestras armas:


Vuestra gangrena


Hoy, ha podio llover Despliego mi paraguas

como un ánfora antigua: me defiendo

Camino hacia el fondo de la avenida

Desemboco en una plaza y tomo asiento

Y tomo la palabra


La asamblea escribe este poema

Enseguida te llenan la boca de algodones

y soporto como una aguja púa en el hocico

Aguanto la respiración Consigo desjuntar

el apósito a mis retinas y concibo, frente a mí,

una montaña Es el viento quien no posee cuerdas

un expropiado más El que elabora los murmullos


No te voy a mentir Hay agua sobre las aceras

En los manicomios y en las casas de acogida

En los centros de internamiento para inmigrantes

En los sanatorios Y en el plástico de las tiendas

de campaña


Hoy, ha podido llover Está escrito en el barro

en la suela de un zapato En las alacenas del tiempo

y en los ojos de un perro




Gsús Bonilla. Comida para perros. Baile del Sol, 2014.

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