Junto a los ríos de Babilonia
estamos sentados y lloramos
acordándonos de Sión
Mirando los rascacielos en el río
las luces de los night-clubs y los bares de Babilonia
y oyendo sus músicas
Y
lloramos
De los sauces de la orilla
colgamos nuestras cítaras
de los llorosos sauces
Y
lloramos
Y los que nos trajeron cautivos
nos piden que les cantemos
una canción “vernácula”
“las canciones folclóricas” de Sión
¿Cómo cantar en tierra extraña
los cánticos de Sión?
Que se me seque la lengua
y tenga cáncer en la boca
si yo no me acordara de ti
Jerusalén!
Si yo no prefiriera Jerusalén
a la alegría de ellos
y a todas sus fiestas
Babel armada de Bombas!
Asoladora!
Bienaventurado el que coja a tus niños
-las
criaturas de tus Laboratorios-
y los estrelle contra una roca!
Ernesto Cardenal. Salmos,
1964. En Pájaro relojero. Poetas
centroamericanos. Galaxia Gutenberg, 2009.
Imagen: Chris Anthony. Rojo, blanco, negro y azul.
No hay peor Babel
ResponderEliminarque la que crece
sin raíces.
Pero también hay raíces y raíces.
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