martes, 26 de abril de 2016

Está brillando el mundo en un solo de trigal.



Está brillando el mundo en un solo de trigal.

Para los cuatro brazos de este kilómetro cuadrado

está el sol brillando.


Cinco páginas atrás

las mujeres como tú son lapidadas.

Cuatro, y calzado como el tuyo

no lleva unos pies al hospital.

Tres, y en un título galdosiano

sales sin saber leer.


Está el Duero convenciendo al universo

de su quietud. Nada debería decir

la chillona flor del mediodía. Nada

tiene que hacer el índice enrojecido

que por el campo asoma, nada

su tenaz clamor. Es hora de callar.

(Ultra nemo obligatur posse…)


Pero no lo hagas, amapola bendita.

Ni te rindas a la noche

ni al agua y sus mentiras.




María Ángeles Maeso. ¿Quién crees que eres yo? Huerga y Fierro, 2012.

Imagen: Ansel Adams.

2 comentarios:

  1. Cuando el silencio empieza a parecerse a la muerte
    alguien tiene que proclamar la vida.

    Un saludo

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    1. El silencio..., y la belleza y la apariencia de plenitud.

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