Te esperaré sangrando entre cristales
rotos,
entre el olor del humo que se enciende
como una rosa hinchada en mi mirada,
entre cuerpos tendidos, entre dientes
cantándote el desastre.
Te esperaré brincando
el horizonte
mucho después de que las voces callen,
de que acabe la noche como cierra una herida,
después de tanto augurio, tanto frío
en mis manos que han apretado nieblas.
Te esperaré
vencido y victorioso,
y como solo esperan los que han resucitado.
Conrado Santamaría. La noche ardida. Ruleta Rusa,
2017
Imagen: Grecia se subleva.
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