Y siempre seguiremos inclinando
las armas ante los vencedores,
imaginando ofrendas,
danzando deferentes con su música
sin que grieta presagio
vulnere el simulacro.
Ellos merecerán que un color nuevo
conmemore Magenta, Solferino;
que las cocinas batan para siempre
un nombre que celebre ocasión
o general triunfante.
A veces, se echó atrás
la máquina funesta que animaron.
Y sin embargo todavía resuena
bajo los arcos de la palabra.
Hasta el lenguaje llegan los indicios del miedo.
Ida Vitale. En Las
ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000).
Selección de Eduardo Milán, Andrés Sánchez Robayna, José Ángel Valente y Blanca
Varela. Galaxia Gutenberg, 2002.
Imagen: Paula Rego. La
hija del policía, 1987.
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