Te arrancarás en vuelo de repente,
como la alondra
dorada de tus sueños
de infancia, mientras ríes
y volteas con tu pico y tus ojos
completamente abiertos y tus alas
extendidas en luz
por la colina arriba, más allá
de los pinos, más allá del arroyo,
de la tierra entregada a su alegría
y a su dolor de siempre,
con ahínco,
y más allá del cielo irrepetible,
que deslíe en azul
las señales de angustia
y de impulso y amparo
de tu gente allá abajo,
cada vez más pequeña,
en despedida.
No será un sueño, no, será la vida
en vértigo y desgarro,
sin culpa ni inocencia,
que de nuevo desnudo te arrebata
a su nido de silencio y de arcilla,
de hondura y madreselva,
sobre el alero intacto del olvido
esta vez para siempre.
Conrado Santamaría. La
noche ardida. Ruleta Rusa Ediciones, 2017.
Imagen: Van Gogh. Trigal
con alondra, 1887.
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