vamos en huida, líquidos y frágiles
porque existir no es ganar a toda cosa, solo.
No hay métrica en la decepción, sino recuento
de lo que se lleva por delante, hablamos de ello
como quien pone un presente a un muerto
y se libera un poco de la trama.
En las pantallas se habla del eclipse, ¿cuánto durará?
Los nombres se suceden en el trabajo,
el último día traen una tarta, ponen a su sombra una
sonrisa
y se van breves, con el fracaso cada vez más exquisito.
La codicia torturada por la culpa, ensangrentando las
protestas,
insomne después, viendo su espada, solo vive en el
corazón antiguo
de la dramaturgia.
En algún sitio hemos de encontrar el orden de los
pájaros.
Ruido y furia a todas horas, caen como un alud sobre el
sentido.
Estamos vencidos pero nuestros cuerpos saltan por encima
como niños que se han quedado solos, abriéndonos los
párpados
sobre un rastro de flores, una señal distinta.
Sacan su caja de música cada día contra las fieras
y bailan.
Sacan su caja de música cada día contra las fieras
y bailan.
Adoración Campos. En Voces
del Extremo. Antología 2012/2016. Coord. Antonio Orihuela. Amargord, 2017.
Imagen: Berenice Abbott. Cocteau en la cama con una máscara. París, 1927.
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