El
otro día me contaron
que
a un niño que nació
le
pusieron de nombre Lenin de Jesús
y
a sus papás no les pasó nada.
Se conocieron en un cine
en una película larga y de guerra
en la que había muertos y gritos por todas partes.
Habitantes del arrabal, como estaban acostumbrados a todo
eso
se entretuvieron mirándose a los ojos que les sirvieron
de pantalla.
Cuando el sargento aleccionaba a los soldados
ellos se intercambiaron palomitas de maíz
y un beso en los labios salados.
Cuando sonó la música del ataque a la aldea vietnamita
estaban fundidos en un abrazo en la esquina más oscura
del
cinemascope
sintiendo que aquel allegro sonaba para ellos.
Cuando la patrulla se internó en la selva
en busca del coronel perdido,
ellos avanzaban en las profundidades,
entre hierbas, juncos, eneas y leznas.
Al final, como todos, aplaudieron sin comprender casi
nada
de lo que había pasado,
al fin y al cabo habían presenciado una obra de arte.
Al niño que les nació lo llamaron,
en contra de la opinión del secretario del juzgado,
Apocalipsis Now
y ahora corre entre sus piernas
descubriendo que la vida sigue siendo cada día,
una jodida selva…
Iosu Moracho Cortés. En Voces del Extremo. Antología 2012/2016.
Coord. Antonio Orihuela. Amargord, 2017.
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