Como un rumor que el viento nos metiera
desde tierras extrañas
y en volandas cada vez más urgentes,
por nuestras calles limpias, asfaltadas,
por nuestras casas blancas que cerradas
habitamos como sombras abajo
en los días boyantes y las noches en orden,
donde velan mil ojos, sin embargo,
como faros alerta en puertos fantasmales.
Un rumor de escombrera removida,
de ciénaga en enjambre y al acecho,
de escoria que se afila la herrumbre de sus garras
contra la piedra aguda.
También tú lo has oído,
enredado en tu fábula, de espaldas
a los huecos sangrientos de tus sombras,
a los moldes vacíos de todos tus amparos.
También tú lo has oído y ya no sabes,
y tiemblas a la espera de ese algo ineludible
que ya no se demora y te requiere.
Conrado Santamaría. La noche ardida. Ruleta Rusa
Ediciones, 2017.
Imagen: Bruce Gilden. Galway, Irlanda, 1996.
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