con Víctor López
Antes mendigos de lo que no
podemos ser
que príncipes soberanos de
nosotros mismos.
Antes la identidad y la
seguridad que la incertidumbre.
Antes la guerra contra el
diferente
que la lucha contra uno
mismo.
Antes la tristeza de este
ser hecho de prejuicios
que la alegría de
encontrarme y despojarme
de todo lo que me hizo ciego
para el gozo.
Antes enfermos de comprar y
acumular
que frugales y austeros.
Antes sojuzgados y excitados
con mentiras colectivas
que libres y precavidos con
algunas hipótesis precarias.
Antes la ADSL
que ser un canal para que la
poesía del mundo
pase a través de ti.
Antes insensibles y
deshumanizados
que lúcidos y amorosos ante
el dolor del mundo.
Antes ignorantes y
entretenidos
que despiertos y atentos a
la magia de la vida.
Antes el recelo
que la inmensidad del mundo
que mora en cada ser.
Antes el ego que la comunión
con lo vivo.
Antes el neumático que el
bosque.
Antes groseros y medrosos
que abiertos al gozo de lo
inesperado.
Antes el charco de la
realidad
que el océano de la
percepción.
Antes música sin alma y
palabras muertas
que la grieta por la que se
cuela
el instante extático
revelado.
Antes quemarse que encender
el fuego del corazón.
Antes más palabras que el
suspiro vacío de lo invisible…
pero la puerta para pasar al
otro lado
siempre estuvo abierta.
¡Ríndete,
sal de ti!
Antonio Orihuela. En Muturreko Ahotsak. Loturaren Poesia/Voces
del Extremo. Poesía del Vínculo. Amargord, 2017.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs la primera vez que leo, clara y sencillamente expuestas,
ResponderEliminarlas claves de la advertencia que Kafka formulara.
Salud!
Buena interpretación. Y habrá que atreverse a perder el miedo y cruzar de una vez la puerta antes que el guardián nos la cierre. Salud!
Eliminar