martes, 11 de junio de 2019

[Al principio fueron unos pasos en la arena]


Al principio fueron unos pasos en la arena

caliente arena roja, ofensiva

unas huellas después entre ruinas

dibujos quedaron en el polvo, de dedos

talones, pequeños dibujos, femeninos dibujos

sandalias de hombres con miedo, pies

en el camino, herrumbre de rifles, cañones

sombras de botas carcomidas

en el asfalto miles, millones de pies heridos

pasos con lágrimas, hambres y miradas

que se quedan en la línea del mar

que se lanzan en el horizonte y se sumergen en Europa

miles de pasos que llegan a la orilla y desaparecen.

Madre quiero hablarte cuando llegue

del corazón enorme que me protege

me amparó de los lacerantes alambres, de los muros

de las interminables filas custodiadas por los pétreos uniformes

me dio agua, curó mis pies, sanó mis huellas

me arrancó del mar que me cubría

cantó para mí la canción de Eisawa

Madre, tengo ahora el color de su pelo

y sus labios me hablan en el idioma que conozco

salam me dicen y yo les beso

porque su pecho es igual al mío

y sus sienes laten con mis sienes.




Alberto Gil-Albert. En Conmovidas [abrazos para la paz]. VV. AA. Coord. Montserrat Villar y Eladio Méndez. Béjar, 2019.

Imagen: Misha Gordin

2 comentarios:

  1. ¿Son sueños?

    A veces, surge lo no previsto, lo literario, lo colectivo y se preservan vidas destinadas al sacrificio.

    Abrazos.

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  2. Sigamos entonces avanzando por este camino real aunando poesía, abrazos y dignidad. Salud!

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