Disculpen
que reclame en esta página
unos
pocos minutos de su tiempo.
Aún
guardo en mi memoria su discurso
palabras
como piedras
que
ustedes, muy amables, nos vendieron
para
reconstruir no sé qué fe ni qué milagro:
monólogos
de humo, demagogia,
festín
de camaradas,
mentiras
y mentiras
para
matar lo poco que teníamos.
Discúlpenme
si atento con mis versos
su
integridad política,
si
pongo en entredicho
su
espléndido trabajo de parásitos
al
servicio de un pueblo moribundo.
No
me malinterpreten.
Yo
no entiendo de leyes ni de números.
Sólo
soy un poeta, un hombre sin futuro
que
reescribe su historia en esta jaula.
Nada
más que añadir, estimados políticos.
Mi
corazón lo sabe,
por
eso late siempre al mismo lado.
Katy Parra. En Poesía (contra) Corriente. VV. AA. La
Vorágine, 2017.
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