Las palabras son huecas
cuando no están al servicio único de arrancar de raíz este sistema de
perversiones; cuando camuflan y no desvelan; cuando perpetúan y no alteran.
Escribimos
demasiado para hacer tan poco daño…
Ante el poder devastador de
algunas palabras preñadas en esta corta historia de la especie, debería darnos
vergüenza conjugar verbos que no movilicen, incrustar adjetivos que no generen
convulsiones, jugar a las conjugaciones que no nos unan contra los verdugos de
la vida, arrojar adverbios que no nos sitúen a la vanguardia de la revuelta.
Paco Gómez Nadal. Terca resistencia. Amargord, 2014.
Imagen: Chema Madoz
"Existe una relación necesaria entre lo que sentimos y las manifestaciones físicas de eso que sentimos. El comportamiento pesaroso es un criterio para la aplicación correcta de la palabra «pesar» y, en parte, nuestra manera de captar el significado de esa palabra. Y es mediante la adopción del uso público de la palabra como yo puedo identificar un sentimiento propio como perteneciente a esa categoría de sentimientos. Si la relación entre sentir pesar y el comportamiento pesaroso fuera puramente contingente, todos podríamos tener experiencias totalmente distintas cuando nos echamos al suelo y nos ponemos a gritar tirados sobre una alfombra, y no dispondríamos de un lenguaje de la psicología común. En ese sentido, es el cuerpo el que nos salva de los falsos dioses del significado privado y del ego solitario". Terry Eagleton
ResponderEliminarGracias, Loam, por el texto de Eagleton de tu blog. Lo estoy leyendo entero, pero tengo que descargarlo para poder asimilarlo en su materialidad más física, en papel. Una reflexión, la de Eaqleton, que me interesa mucho. Salud!
ResponderEliminarSabía que te interesaría. Eagleton no sólo aborda temas interesantes, sino que tiene un estupendo sentido del humor, cosa muy de agradecer en estos tiempos agrios que corren.
EliminarSalud!