jueves, 17 de noviembre de 2022

TIERRA A LA VISTA


 

Se vive tan tranquilo en la ignorancia,

hospitalaria tierra

de corazón abierto para todos.

 

***

 

En la ignorancia no entran moscas,

ni sonidos molestos

(un ruido suena bien en la ignorancia).

 

No hace frío jamás en la ignorancia

y si el calor acecha

la ignorancia en su sombra te cobija.

 

Se come bien en la ignorancia:

sus bocados

alimentan más que pan y leche.

 

No hay sobresaltos nunca en la ignorancia,

ni inquietudes, ni dudas

(uno puede dormirse

en la ignorancia todo el tiempo).

 

Una fiesta perpetua es la ignorancia:

llanto allí

es palabra innombrable, de otro idioma

(en la ignorancia no entran lágrimas).

 

***

 

¡Ah, la ignorancia!...

Qué feliz era yo

cuando habitaba en ella.

 

 

Milena Rodríguez. En Las noches de LUPI en Moguer. Voces del Extremo. Resurgencia – 35 maneras de manar. Coord. Antonio Orihuela. LUPI, 2018.

Imagen: Einar Jonsson

2 comentarios:

  1. La última noche de la tierra

    El mirlo de todos los años ha vuelto a visitar mi casa
    y todavía sigo aquí.
    Su música no cambia y eso ya lo he escrito.
    Pero mi trabajo es constatar lo obvio
    y eso es lo que el mirlo me viene a recordar.
    El tiempo pasa, la gente se hace vieja, se muere,
    por su propia mano o con ayuda.
    Las palabras van bajando por el desagüe
    de lo que alguien ha llamado la intrahistoria.
    Todo fluye y se pierde, los ríos en el mar,
    el mar en la inmensidad inabarcable del cosmos,
    el cosmos en la nada de la que no debió salir.
    Mientras tanto tecleamos.
    Un sordo tamborileo contra siglos de muerte programada
    y un futuro de certera incertidumbre.
    Un batallón de patéticos amanuenses del olvido
    exigiendo dos camisas para el camino hacia el patíbulo
    Pero no es el frío el problema, sino el miedo.
    Y es el mirlo, en su ignorancia, el que sabe la verdad.
    Cumple sin la más mínima estridencia
    el ritual que le ha impuesto la biología.
    Luego morirá. Sin epitafios, como este,
    que se deshagan con una mueca indiferente
    entre las llamas de la última noche de la Tierra,
    cuando nadie entienda ya ningún significado,
    si es que algo tuvo sentido alguna vez.

    Roger Wolfe

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    1. Hermoso y triste, Chiloé, aunque creo que “constatar lo obvio” solo es un territorio, y no el más significativo, del oficio poético. Salud y gracias!

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