Llega una mano de oro
luciendo un diamante,
una mano de hierro
gobernando unas riendas,
una mano de niebla donde
canta una alondra:
yo las dejo pasar.
Llega una mano roja
empuñando una espada,
llega una mano pálida
llevando una amatista,
llega una mano blanca que
ofrece una azucena:
yo las dejo pasar.
Llega una mano sucia que
sujeta un arado:
la tomo entre las mías y nos
vamos a arar.
Ángela Figuera. Toco la tierra. Rialp, 1962.
Imagen: Iliá Repin. Lev N. Tolstói en el campo de labranza, 1887.