Insuficientemente dotados
para cosmonautas
elegimos el duro
tobogán de las humanidades
saber el mal de cada siglo,
a veces
emborracharnos en honor de
Amenofis,
y otras del desangelado
Diógenes,
Catulo, el Arcipreste, el
colectivo
autor de Roman du Renart o
Villon
tan ahorcado y algo cabreado
por las risas
de los incipientes burgueses
de París
placeres
prohibidos a los
cosmonautas, así tampoco
entramos en el juego del
hierro y el carbón
el acero
del acero el tornillo, del tornillo
el planeta, del planeta el
cielo
y Dios
hace las maletas sin que
nadie se angustie
sólo Graham –un compañero
humanista
algo filibustero– lamenta en
la BBC
la extinción de toda fuente
literaria
es
cierto
los humanistas a la vieja
usanza quedaremos
un tanto al margen del
humanismo de la auto-
moción y las sopas
preparadas
¿pero
quiénes
salvarán las industrias del etil y de las gorras
militares, si en el perfecto
mundo del futuro
exdetodo y filonada, no
reivindicáramos
el White Horse a voz en
grito
y
sacáramos
nuestra amarilla lengua al
paso de los cosmonautas?
Manuel Vázquez Montalbán. Una educación sentimental, 1967. En Memoria y deseo. Obra poética (1963-1983).
Seix Barral, 1986.
Imagen: Petr Lovigin