nace un amor sin prisa en el
tranquilo paseo de las indignadas / un brazo que se enrosca en otro brazo y así
se construyen los conductos / por donde trepan rojas hormigas con su azúcar
salvaje / se hace el clamor mientras se camina y nos vamos apilando unas en
otras en la nueva babilón / y alguien llega tan alto que toca una nube pasajera
con su mano y nos ofrece su rocío / y a un grito lanzamos con alegría nuestras
piedras al aire y se quedan flotando / como licenciadas por el abandono / y es
sabia su gravedad / y es sabia su gravedad
danzan los incendios en sus
contenedores / vuelan los colores lisérgicos de los envoltorios de las
papeleras / una barricada levanta las sombras del asfalto / las reúne y las
protege / tan negras / que quiere el malo con sus faros deslumbrar al mundo
como a un conejo quieto / y pasarlo por en encima hacerlo polvo maleable barro
masa informe fofa nauseabunda / “un
hombre solo, una mujer” dice / “así
tomados, de uno en uno” dice / “son
como polvo, no son nada” dice
pero se enciende una plaza
como una bombilla y alguien lee un poema bajo su luz / y está el acero al rojo
vivo listo para cauterizar la hondura de las heridas y el abrazo / está
dispuesto para todos los cuerpos y sus mutaciones y complacidas / la lluvia / nos
unge con su orín de dios mujer y negra justo cuando alguien decide escupir / al
criminal policía que le reprime / eres un
antisistema dice
dignas pancartas / otrora
simples cartones / cantan a la muerte aterida del poder / la palabra “boikot”
brilla en los ojos como una perla en las profundidades del metro / alguien
pinta una fachada con su sangre carbónica y nadie calla / no sea que el
silencio se alíe con el enemigo y traiga un cañón de agua la estrechez de las
arterias / de quien ama a la otra por encima de sí misma / ahora me dirás eso de que llevamos un mundo nuevo en los corazones dice
y sí / caminamos y bailamos
porque llevamos “un mundo nuevo en los corazones” / un mundo que preserva la
poca tierra que le queda para apretarla entre los puños / que pasea su rabia
frente a los muros ciegos con la calma de quien ha caído mil veces fusilada / un collar de balas te voy a hacer dice
no me interesa tu bisutería
/ mejor hazme coronas de laurel para todas las cabezas / cada una emperadora de
su cuerpo a la conquista del territorio infinito que somos por dentro / y te
daré un beso en tu frente de cajero automático después de quemar tu dinero
frente al mercado de valores / ese que los ha vendido todos / y solo nos
quedará nuestra propia carne por quemar y prendida la larga mecha de esta
desobediencia que marcha sin descanso / nuestras hijas / semillas de ceniza /
verán arder tu codicia / porque solo nosotras conocemos el verdadero secreto
del fuego
David Trashumante. Apenas. Ya lo dijo Casimiro Parker,
2018.
Imagen: Barricada en la
Comuna de París, 1881.
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