Las cadenas enormes del mundo
se han puesto en movimiento.
Están los engranajes crujiendo de la fuerza:
motores que se crispan, cigüeñales que tiritan,
clavijas, hierros, bielas, correas, combustible,
palancas, transistores, circuitos integrados,
aceite requemado sobre las manivelas,
los ejes oxidados, los renegridos cables,
el decrépito aparato de la historia
funcionando de nuevo a todo gas.
Se ha puesto en marcha el odio
¡Cómo tiemblan los montes y la gente,
los campos indefensos y las cosas,
el mar, la luna, el cielo, el aire, el sol!
¡Todo el cosmos tirita y se estremece
al ver la enorme máquina sin freno de la muerte!
Pero este mecanismo no puede durar tanto,
no puede ya este anómalo artilugio
seguir así por mucho tiempo más.
Observa su interior, asoma tu cabeza y mírale:
su oxígeno se acaba, las fricciones enferman
su viejo corazón de alambre eléctrico.
¿Lo ves?
Se está muriendo.
Está la resistencia al rojo vivo.
Miguel Ángel García Argüez. En
Once poetas críticos en la poesía
española reciente. Coord. Enrique Falcón. Baile del Sol, 2007.
Imagen: David Plunkert
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