I
Venden los profetas
lotes en el cielo
y las catedrales encienden sus anuncios
en la cadera inmaculada de una virgen.
El siglo en un Apolo
aterriza en la frente de la Luna
y aquí abajo
a mil niños
por segundo
se les llena de tierra la barriga.
II
Salimos
así tuertos
como un campanario en las manos de un loco
a perseguir el ojo
que una noche de lluvia nos robaron
en la muerte pequeñita de Biafra
en el ángel azul
que guarda
las barbas de los hippies
y en el cerebro electrónico de las computadoras.
III
A pedacitos se nos caen los dedos
en los portones del asilo.
Cementerios
de canarios es la lengua.
No hay una luciérnaga para esta sombra. Nadie
donde pasamos
quebrando las botellas de la angustia. Nadie…
Seguimos con nuestro ataúd a cuestas.
IV
¿Lengua en el polvo?
¿Corazón o mercancía?
De qué desheredado ombligo de dios
hemos caído para buscar en vano
el pie y los caminos
de los yacimientos del azúcar.
Diana Morán. En Poesía armada. Antología de poetas latinoamericanos de hoy. Agermanament, 1976.
Imagen: Pedro Luis Raota
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