el monstruo del sótano tiene hambre siempre
se despierta por la noche
se alimenta de miedo y de carne
pero encoge sus tentáculos ante el frío metal
el monstruo que vive en el sótano
no se da por vencido
babea las entrañas de aquel que lo alimenta
obstruye la sangre de sus venas de plástico
se agazapa y se esconde cada quince días
y se presenta de improviso
mientras nosotros celebramos
-ilusos-
tristemente
la pequeña mentira
de vivir un día más.
Gema Estudillo. Desorden vestibular. Las hojas del baobab, 7, 2018.
Imagen: Gottfried Helnwein. Stage Fright, 2003.
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