domingo, 7 de febrero de 2021

STAIRS TO HEAVEN


 

el sindicato de trabajadores del metro de Moscú

construye un túnel hacia la salud en las playas de Crimea

rondan los `60 sin otra ociosidad que no llegar aquí

 

alguien canta en las escaleras

y las leyes no tienen más autoridad que una hipótesis

 

los caballos como grúas de mar horadan la escalinata del hospital

no es de esperar que los centauros se afilien a la vieja épica

a las antiguas consignas engalanadas de aureolas románticas

un estilo rabiosamente actual con sus notas de tuberculosis y difteria

ese acento de limosna histórica

ese estilo inconfundible de las batas de hospital

ese corte minimalista y sobrio de óbolo entregado a las puertas de la ley

donde llegan las ambulancias cargadas con los suspiros de los siglos futuros

tutús de bailarinas correligionarias sombreritos de las viejas institutrices sufragistas

 

crédulos pacientes terminales observan el baile junto a los restos del muro

con ese aire inequívoco de lo unívoco hasta aquí

llamémoslo lágrimas de cocodrilo en la impostura

llamémoslo cuatro nudos en el pañuelos del que no sabía firmar

 

desgajados ya sin pena ni gloria de una historia tan posible como olvidada

la especie de los gatos de tejado contempla a través de las ventanas del hospital

un deambular frenético

un desfile de oropeles de purpurina

y girasoles de plástico aquejados de bipolaridad semántica

 

nada añaden a los archivos de la lucha de clases

ni a la nómina pertinaz que tensa ira y justicia

esta cuadriga a desfile tendido por los pasillos de davos

estas antiguas glorias jugándose al bingo las hipótesis de la ley

este castor vestido de almirante aquejado de abstinencia de proteína ideológica en la enfermería

tampoco nosotros gatos pardos en las afueras de la fiesta hospitalaria

mirando con recelo y tal vez sorna dudosa la eficacia homeopática de la buena intención

 

alguien tan joven como el tiempo antes del tiempo

canta la limosna de la historia entre las cuerdas del ring de la sala de espera

alguien topo en la historia de la historia canta mientras el hospital sigue

girando desfilando bailando

con el fantasma que se marcha

por las escaleras

del sindicato oficial de las artes póstumas

 

 

Guadalupe Grande. En Irreconciliables 2015. Ayuntamiento de Málaga, 2015.

Imagen: Semión Agroskin

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