Tengo hambre y aprieta y ya se sabe
que ni espera ni se le entretiene con una nana.
Saciado ya, que me hagan las preguntas pertinentes
que ya sabré responder al juez, al prestamista
o al subastero, al que se quedó con la casa,
la paga y la felicidad… ¿O era el banco aquel
que se anunciaba con sonrisa de oreja a oreja?
Ya me comí las ganas, las uñas y la paciencia.
Queda el aire, que no está al cobro, y las sobras de ayer.
Pa´ pocas luces ninguna, dijo alguien a mis espaldas
y me cortaron la luz. Yo sólo me defendí,
por eso robé esa estrella. Estaban los cielos llenos.
Antonio Rodríguez Alarcón. En Campamento Dignidad. Poemas para la conciencia. Baladre y Zambra, 2013.
Imagen: Masao Yamamoto
Hay que ir a por el firmamento entero, ya está bien.
ResponderEliminarSalud!
Me apunto, salud!
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