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Conmovedoras hasta lo indecible, esas figuras de mujeres egipcias
arrodilladas mientras muelen cereal. ¿Cuándo vi
la primera? No había cumplido
aún los veinticinco… Pero las conservamos en museos
no porque los dominadores concediesen gran valor a las mujeres
o a las labores de las clases bajas
-nueve de cada diez personas en aquel reino antiguo-
sino porque ellos deseaban
fuerza de trabajo dócil hasta después de la muerte.
Eran sepultados en compañía de siervas
con la esperanza de que esas frágiles figuras siguieran
cumpliendo sus tareas con discreción y eficacia
durante la entera eternidad.
Da vértigo pensar en la interminable molienda diligente
ejecutándose en lo oscuro de la mastaba fúnebre…
Hablamos de liberación, nos atrevemos a veces a soñarla. Pensamos
sin duda en la reducción y reparto de los trabajos penosos.
Contamos los siglos desde que nos afligen
patriarcado, ejércitos y Estados. Pero no habrá
liberación humana mientras no consigamos
que cese el cautiverio de esas esclavas que muelen
y siguen moliendo el trigo de los señores muertos
desde hace casi cinco mil años ya…
2
Revolución
Restitución
Renovación
Renacimiento
Salvar a una mosca
que se ahogaba en la copa de vino tinto
Preparar con amor
una comida para quien te ama
Llegar
a donde ya estabas
La montaña creció hacia el interior
Jorge Riechmann. En Libre Pensamiento, nº 80. Otoño, 2014.
Imagen: Jona Lendering. Saqqara, Mastaba de Ti.
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