Tu proverai sì come sa di sale
Lo pane altrui, e come è duro calle
Lo scendere e ‘l salir per l`altrui scale.
Paradiso, XVII, 58
Entonces empezamos
lentamente el incierto camino hacia la puerta de la noche porque más allá nos
decían hay ventanas abiertas para el cielo y la esperanza de encontrar las
llaves y en cambio acá se oscurecía y la tormenta del pueblo castigado no
llegaba a resolverse en lucha abierta por la libertad arrebatada y los perros
de los amos destrozaban no solamente los umbrales de las casas pero también el
sueño de los hijos y así hicimos pequeñas valijas con lo indispensable y
empezamos a empolvar nuestras sandalias con la fatiga de la cama ajena
demasiado visitada por antiguas nostalgias y vergüenzas nuevas y en la garganta
conocimos la invasión silenciosa de los amargos panes del destierro porque la
tierra nos parió senderos delante de los pies y allí nos dividimos después de
la frontera y muchos de nosotros volvimos la mirada para decirte adiós en
llanto que no pudimos dejar de sospechar según lo breve del tiempo hasta la
muerte que a lo mejor te quedarás por siempre el país del ayer y el pudo ser y
el ya no hay caso
Marha L. Canfield. Anunciaciones. Alcaraván, 1976.
Imagen: Daniel Richter
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ResponderEliminar¿?
EliminarSalud!
Disculpa Conrado ... me he hecho un lío
ResponderEliminar... ahí va mi comentari o
Es un texto exhuberante.
ResponderEliminarEl último párrafo no tiene desperdicio ...
El caso es que ese quedarse "el país del ayer", a menudo no es sólo una condena, sino la (re)producción de dicha condena: el velado goce del condenado a reproducirla, renovando así el precepto y el desecho, siempre adjunto.
En ocasiones, desde el aparente "progresar" de nuestras ciudades, la condición del ser, que así se conduce, es engalanarse con los más variados, "autenticos" y refinados ropajes "vivenciales" y culturales. Adquiridos y, sin duda, ganados a pulso con soberano esfuerzo, en las más prestigiosas instituciones de alta cultura.
-Reproducción, en nuestra modernidad tardía, del ortegiano "Instituto de humanidades", orientado a la navegación vital de la clase pudiente de la ciudad del Manzanares-
Enmudecer, quedarse al pairo. No decir: balbucear, si acaso. Levantar una barricada, de vez en cuando. Ser Aurora que, como decía Zambrano, es el espacio/instante indecible entre lo sagrado oscuro de la noche y la divina luz solar que todo lo ciega. No querer. Amar, cuando eso sea posible.
Salud !!!
ResponderEliminar“… por siempre el país del ayer y el pudo ser y el ya no hay caso” es la radical tajadura vivencial, emocional, epistemológica de quien sufre la condena del exilio. Ya no habrá sino nostalgia de un territorio petrificado sin posibilidad de progreso en un tiempo amputado, clausurado e irreversible. Pero, aunque lejos, sí es posible y necesario el balbuceo y el grito y la barricada, la construcción de un itinerario de denuncia y lucha que devuelva, si no aquel mundo perdido, al menos otro en que aquella tajadura fuera imposible. Salud, Joan!
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