No digas nunca Es lo que hay,
penosa confesión de tu renuncia,
paso ajustado al trote
que te imponen,
sumisión que te aniquila
con su abrazo manso y
su zumo resignado.
Es lo que hay:
invencible derrota,
como querer mantener a flote
una barca que hace agua,
hormigón armado que apuntala
la casa en ruinas que construyes
y mantienes día a día en pie.
Nunca digas Es lo que hay.
No te convenzas ni te acomodes
a la espera de una herencia de nadie,
del premio de una tómbola en el sótano
para el que no tienes papeleta.
No aceptes lo irracional.
No pienses que no puede ser
de otra manera
aunque nada puedas hacer,
no te encojas de hombros,
levanta los brazos
y, junto a otros como tú,
lanza un NO hacia adelante
para no dejar de resistir.
Amalia García Fuertes. Inédito.
Imagen: Misha Gordin
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