Corren tiempos de atroces
inventarios, de expolios
tenebrosos, de mugres
deportivas
y de predicadores.
Otra indigna emboscada
de los secuaces subsiguientes, otra trampa
ruin de la cultura, asedian al incauto.
Profetas, amanuenses, monitores,
restablecen de nuevo
con insidias, con sañas, con patrañas
los lóbregos congresos de gregarios.
¡Tanto estupor ya preterido
y otra vez resurgiendo entre las mismas
deplorables monsergas!
Sólo el que se arriesga a no escapar
podrá escapar a tiempo del peligro.
José Manuel Caballero Bonald. Diario de Argónida, 1997. En Somos el tiempo que nos queda. Obra poética completa 1952-2009. Austral, 2011.
Imagen: Hannah Höch. Die Journalisten, 1925.
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