viernes, 12 de diciembre de 2025

EL MIEDO


 

A António Cândido

 

Porque hay para todos nosotros un problema serio [...].

     Este problema es el del miedo.

António Cândido, Plataforma de nova geração

 

En verdad tenemos miedo.

Nacemos oscuro.

Las existencias son pocas:

Cartero, dictador, soldado.

Nuestro destino: incompleto.

 

Y fuimos educados para el miedo.

Olemos flores de miedo.

Vestimos paños de miedo.

De miedo, rojos ríos

vadeamos.

 

Somos apenas unos hombres

y la naturaleza nos traicionó.

Están los árboles, las fábricas,

dolencias galopantes, hambres.

 

Nos refugiamos en el amor,

este célebre sentimiento,

y el amor faltó: llovía,

hacía viento, frío en S. Paulo.

 

Hacía frío en S. Paulo…

Nevaba.

El miedo, con su capa,

nos esconde y nos acuna.

 

Quedé con miedo de ti,

mi compañero moreno.

De nosotros, de vosotros; y de todo.

Estoy con miedo de la honra.

 

Así nos crían burgueses.

Nuestro camino: trazado.

¿Por qué morir en conjunto?

¿Y si todos nosotros viviésemos?

 

Ven, armonía del miedo,

ven, oh terror de las carreteras,

susto en la noche, recelo

de aguas contaminadas. Muletas

 

del hombre solo. Ayudadnos,

lentos poderes del láudano.

Hasta la canción medrosa

se quiebra, se pasma y se calla.

 

Haremos casas de miedo,

duros ladrillos de miedo,

medrosas volutas, contrafuertes,

calles solo de miedo y calma.

 

Y con alas de prudencia,

con resplandores cobardes,

alcanzaremos la cima

de nuestro cauto ascenso.

 

El miedo, con su física,

tanto produce: carceleros,

edificios, escritores,

este poema; otras vidas.

 

Tengamos el mayor pavor.

Los más viejos comprenden.

El miedo los cristalizó.

Estatuas sabias, adiós.

 

Adiós: vamos al frente,

reculando con ojos encendidos.

Nuestros hijos, tan felices…

Fieles herederos del miedo,

 

ellos pueblan la ciudad.

Después de la ciudad, el mundo.

Después del mundo, las estrellas,

danzando el baile del miedo.

 

 

 

O MEDO

A António Cândido

 

Porque há para todos nós um problema sério [...].

    Este problema é o do medo.

António Cândido, Plataforma de nova geração

 

Em verdade temos medo.

Nascemos escuro.

As existências são poucas:

Carteiro, ditador, soldado.

Nosso destino, incompleto.

 

E fomos educados para o medo.

Cheiramos flores de medo.

Vestimos panos de medo.

De medo, vermelhos rios

vadeamos.

 

Somos apenas uns homens

e a natureza traiu-nos.

Há as árvores, as fábricas,

doenças galopantes, fomes.

 

Refugiamo-nos no amor,

este célebre sentimento,

e o amor faltou: chovia,

ventava, fazia frio em S. Paulo.

 

Fazia frio em S. Paulo...

Nevava.

O medo, com sua capa,

nos dissimula e nos berça.

 

Fiquei com medo de ti,

meu companheiro moreno.

De nós, de vós; e de tudo.

Estou com medo da honra.

 

Assim nos criam burgueses.

Nosso caminho: traçado.

Por que morrer em conjunto?

E se todos nós vivêssemos?

 

Vem, harmonia do medo,

vem, ó terror das estradas,

susto na noite, receio

de águas poluídas. Muletas

 

do homem só. Ajudai-nos,

lentos poderes do láudano.

Até a canção medrosa

se parte, se transe e cala-se.

 

Faremos casas de medo,

duros tijolos de medo,

medrosos caules, repuxos,

ruas só de medo e calma.

 

E com asas de prudência,

com resplendores covardes,

atingiremos o cimo

de nossa cauta subida.

 

O medo, com sua física,

tanto produz: carcereiros,

edifícios, escritores,

este poema; outras vidas.

 

Tenhamos o maior pavor.

Os mais velhos compreendem.

O medo cristalizou-os.

Estátuas sábias, adeus.

 

Adeus: vamos para a frente,

recuando de olhos acesos.

Nossos filhos tão felizes. ..

Fiéis herdeiros do medo,

 

eles povoam a cidade.

Depois da cidade, o mundo.

Depois do mundo, as estrelas,

dançando o baile do medo.

 

 

Carlos Drummond de Andrade. A rosa do povo, 1945. Traducción: Conrado Santamaría.

Imagen: Edvard Munch. Ansiedad, 1894.

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