Se pone precio a la sanidad
para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados
colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes laborales para
salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al jubilado y al enfermo
para proteger a los colectivos más vulnerables. En cuanto a la educación,
ponemos las tasas universitarias por las nubes para defender la igualdad de
oportunidades y estimulamos su privatización para que continúe siendo pública.
No es todo, ya que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los
delincuentes grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos
y metemos cuatro años en la cárcel al que rompa una farola… Mentimos, sí, pero…
para que la verdad resplandezca. Dentro de esta lógica implacable, huimos de
los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de
preguntas para responder a todo. Nadie que tenga un poco de buena voluntad
pondrá en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a
fin de que resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no
perder soberanía. A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan
con más retraso para que lleguen puntuales. Convencidos de que el derecho a la
información es sagrado en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al
asalto para mantener la pluralidad informativa. A nadie extrañe que para
garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades.
Juan José Millás
Una mosca entre dos cristales.
A un lado del cristal está la realidad,
al otro lado del cristal está la realidad,
sólo la mosca no es real.
Antonio Orihuela. Cosas que tiramos a la basura.
Amargord, 2012.
Imagen: René Magritte. El hada ignorante,1957.
No hay comentarios:
Publicar un comentario