Mamá trabaja en un piquete.
Yo no sé qué es eso.
Antes hacía las cuentas en la fábrica
y atendía a los clientes
para preparar los pedidos de los donuts
que yo, ya no meriendo.
Hace unos meses nos reunió en la mesa y dijo:
nos vamos a la huelga y va para largo.
Yo no quería irme del pueblo y perder mis amigos,
así que me alegré,
porque no nos fuimos a ningún lado.
Ella está menos alegre que antes
y ahora se recoge el pelo todos los días,
usa menos vestidos
y se pone una camiseta con el nombre de ese lugar
al que dijo que nos trasladábamos:
Panrico en huelga.
Por las tardes hace charlas, para explicar la realidad
dice,
yo creo que debe ser como la lección de conocimiento del
medio
pero más difícil,
porque usa palabras nuevas que yo no entiendo:
capital, beneficios, deslocalización, desigualdad, ERE,
resistencia, esquiroles, lucha, compañeros,
ésta sí la entiendo más, porque yo la uso en el patio del
colegio
cuando jugamos a balontiro.
Desde que se hizo huelguista salen con pitos a la
carretera,
pintan carteles que llevan por las calles
y hacen reuniones todos juntos en la fábrica.
Parece divertido y yo no entiendo
por qué ella está más seria
y cuando le dije que se me habían roto las zapatillas,
esa noche la oí llorar.
Patricia Olascoaga. Vayamos
al grano. Germanía, 2014.
Imagen: Juan Luis Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario